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El abrazo

  Cuando mis brazos al fin te abracen De nuestros cuerpos brotará la chispa Que encienda una brasa Que abrase los miedos Que encienda razones Que incendie las dudas Y las reduzca a cenizas. Y que las cenizas sean la tierra Que siembre los motivos. Y los motivos serán árbol Y el fruto del árbol será el alimento Que nutra las ganas De ser esa llama Que nació de la brasa Que nació de la chispa Que nació de ese abrazo. _________________ ¡Muchas gracias por leer! ¿Me invitas un café?
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Apapacho

 La palabra "apapacho" es una de mis favoritas por todo lo que implica y lo que significa, por eso le escribí un acróstico. Sí, como esos que le escribías a la personita que te gustaba cuando ibas en la primaria/secundaria.  Apapacho A brazarse de quien te quiere y P ermitirte ser vulnerable A nte aquellos que te ofrecen su cariño P uede ser un acto de valentía que requiere A gallas para dejar al descubierto las heridas C on el riesgo de que éstas se hagan más profundas. H abrá que decidir entre encerrarnos en un caparazón O tener el valor de arriesgarnos a recibir ese apapacho .  _________________ ¡Muchas gracias por leer! ¿Me invitas un café?

Ciudad bolillo

Para un susto o un tamal entero o partido a la mitad recién hornado, frío o pasado por el comal en la CDMX un bolillo siempre te ha de acompañar. Con o sin migajón, él te sabrá consolar y si le pones frijoles, lo vas a amar. Gracias, bolillo, por siempre estar y ser un apapacho entre el caos de esta ciudad. _________________ ¡Muchas gracias por leer! ¿Me invitas un café?

Mazapán

El mazapán es, sin dudarlo, mi dulce favorito. Esto me ha llevado a desarrollar una habilidad maravillosa que me permite destaparlo sin que se rompa.  Así deberíamos de tratar y permitir que nos traten a nosotros, los que tenemos corazón de mazapán.  Frágil y dulce  Corazón de mazapán No lo rompas más. En pedacitos Parece destrozado Pero existe. Sigue latiendo Con cada moronita Te puede amar. (Para este breve poemita concatené tres textitos en formato de haikú, que no son haikús porque no cumplen con la regla de hablar sobre fenómenos de la naturaleza ni las estaciones del año... Pero se leen bonito, yo digo). _________________ ¡Muchas gracias por leer! ¿Me invitas un café?

Pata mallugada

  Estos días en los que estuve un poco más quieto de lo normal por culpa de mi pata mallugada, me daba mucho miedo que el efecto de dejar de hacer una de las actividades que me había permitido estar con la mente más calmada (caminar/trotar/correr) provocara un retroceso muy marcado en mis procesos de sanación y aprendizaje. Afortunadamente, lo único que ocurrió fue que tuve más tiempo libre para pensar cosas que no, pero nada grave, y comer palomitas con cacahuates japoneses. Todo en orden. Sin embargo, descubrí que algo que ayudó a que el daño fuera casi imperceptible fue el hecho de, como siempre, drenar toda la pus por medio de la escritura. Eso me llevó a pensar -porque les digo que tuve más tiempo para pensar cosas que no- en lo afortunado que fui por haberme lastimado un pie y no las manos, porque sin ellas no sé qué será de mí. Por eso escribí esta décima con la que doy por concluido este breve episodio de pata mallugada.  Por querer ser deportista Me torcí el pie derecho Mi cue

Martes 13

Me acordé que hoy es martes 13 y me salió este textito para que se lo regalen (o no) a la persona que anden extrañando. Si un día decides volver procura que no sea en martes 13 porque ese día es de mala suerte y aunque sí te voy a querer lo nuestro volvería a condenarse a la muerte.  _________________ ¡Muchas gracias por leer! ¿Me invitas un café?  

Mi pie no se quiere ir

  Últimamente, he repetido que estoy a una decepción amorosa de volverme "trepacerros" que vibra alto. Lo digo un poco en broma, pero también un poco en serio (y con preocupación); pasa que en los últimos días, luego de un tropiezo doloroso, comencé a experimentar con la espiritualidad, la meditación y la actividad física.  Quizá para sentirme mejor, quizá para evadir pensamientos repetitivos, quizá para lidiar de otra forma con lo que siento, todavía no lo sé. El punto es que una de estas nuevas formas de vivir y gastar energía fue la de intensificar mis caminatas, comenzar a trotar y, a veces, hasta correr (pero yo juro que no estoy evadiendo nada, jeje). La semana pasada, en una de mis sesiones de caminata/trote/carrera, me lastimé el pie y tendré que pausar esa actividad por unos días hasta recuperarme. Eso me llevó a pensar en lo difícil que es el proceso de irse, el cómo pareciera que el cuerpo se aferra y te obliga a revisitar ese dolor que tratas de dejar atrás. Por e