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Moraleja #1:

Pregunten cosas que consideren importantes si y sólo si están preparados para no recibir respuestas; solemos interpretar silencios como una proyección de nuestros pesimismos y, a veces, son simples ausencias de palabras.

Pero no les voy a mentir, otras veces la respuesta es tan negativa que las palabras huyen, por eso se hace un silencio.

Y en otras ocasiones, quién sabe, las palabras se ponen tímidas y no se animan a salir para expresar un simple "sí", un "yo también", o cualquier respuesta de esas que sí nos gustan escuchar.

Son caprichosas y misteriosas, pero muy hermosas, las palabras. (Se parecen tanto a ti —tú SabeS quién ereS— tal vez por eso me gustas y me gusta escribirte. Hay relación. No lo había pensado, puede ser.)

Si sólo están listos para escuchar la respuesta que quieren, mejor no pregunten nada.

O sí.

Al mal paso darle prisa. Además nunca se sabe, así como hay sorpresas malas, también hay sorpresas buenas. Piensen positivo

O no.

Tal vez hoy no deberían de hacerme caso.

Han sido días complicados.

Me duele la espalda.

Y sí, estoy loco, ¿Ustedes?


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